RESEÑA HISTÓRICA DE NUESTRA HERMANDAD

La actual Hermandad de Penitencia de Zalamea la Real tiene sus orígenes, en la Hermandad de la VERA CRUZ de Sevilla.  En 1580 se funda en nuestro Pueblo la Hermandad de VERA CRUZ.  Sus reglas fueron aprobadas por el Arzobispo de Sevilla D. Cristóbal de Rojas y Sandoval, el día 1 de Julio del citado año.

Tenía unas reglas muy severas, cuyo objetivo era desagraviar las ofensas que sufrió Cristo en la Cruz.  Fue su sede el  antiguo Hospital de Santa María Augusta, ya desaparecido, estaba situado en lo que hoy es la Plaza de la Constitución.  Entre sus cultos más relevantes, se encontraba el sermón del  Viernes Santo  y la celebración de la Cruz de Mayo.  Sacaba una procesión a la calle, el viernes de madrugada.  En un principio procesionó sólo la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre, posteriormente fue acompañado por Nuestra Señora de la Soledad. Acompañaban al Cristo dos tipos de penitentes: unos vestidos con túnica blanca, cordón de San Francisco y escudo de la Vera Cruz, denominados hermanos de sangre, los cuales llevaban el torso descubierto e iban disciplinándose durante el recorrido.  Los otros, los hermanos de luz, vestían túnica negra, alpargata, escudo de Vera Cruz y cordón de San Francisco, iban con el torso cubierto e iluminando mediante antorchas el recorrido de la procesión.

En un momento indeterminado de la historia esta Hermandad desaparece (posiblemente finales del siglo XVII o principio del XVIII), nos deja una herencia que si ha perdurado con el paso del tiempo, ya que la actual Hermandad rescató la Madrugá, y en la actualidad el Santísimo Cristo de la Sangre, sigue procesionando por nuestro pueblo, como ya lo hiciera hace más de 400 años.

A principio del siglo XVIII, comienza a organizarse otra hermandad en nuestro pueblo bajo la advocación del  Dulce Nombre de Jesús.  Las primeras noticias documentales que se tienen proceden del último tercio de esa misma centuria.  Esta referencia se encuentra en un informe elaborado para dar complimiento a una orden del Intendente de Sevilla dirigida a las Justicias locales, de 13 de Octrubre de 1770, por la que se piden datos sobre las hermandades, cofradías o gremios, fiestas de la iglesia y exteriores, expresando las que tienen aprobación de Su Majestad, o sólo la eclesiástica, documento que se inserta dentro del proceso general de reforma de hermandades y cofradías del Reino iniciado en 1768 por el Conde de Aranda, Presidente del Consejo de Castilla.  Este informe se encuentra en el Archivo Municipal de Zalamea.  En él se menciona la existencia de la cofradía de Jesús Nazareno, que tenía por  entonces Reglas aprobadas por el ordinario eclesiástico.  Se realizaban dos funciones al año, una el día de la Circuncisión de Jesús, el 1 de Enero, en honor del Dulce Nombre de Jesús, y otra el Jueves Santo, con Sermón de la Pasión y procesión con la imagen de Jesús Nazareno.

Desaparecida la hermandad a comienzos del siglo XIX tras la invasión y saqueo del pueblo por las tropas francesas, el 19 de febrero de 1865 se reunieron 38 personas en la sacristía de la parroquia con ánimo de reorganizar la extinguida corporación.  Ello desembocó en la constitución de una nueva hermandad con el título de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad.  Fueron nombrados como Hermano Mayor D. Manuel Tatay Bolaños y como Tesorero D. Manuel María Velasco.  Se fijarían como objetivos de la hermandad el culto a Jesús Nazareno y al Santísimo Sacramento, alumbrando todo el año a las imágenes y sacando en procesión a Nuestro Padre Jesús Nazareno el Jueves Santo.  Se mantuvo también la antigua festividad del día 1 de Enero en honor del Dulce Nombre de Jesús.

Sus reglas establecían además el acompañar a la imagen del Nazareno desde las doce del día del Jueves Santo hasta la conclusión de las tinieblas.   Todas las imágenes de la Hermandad desaparecieron tras el incendio de julio de 1936, a consecuencia de la guerra civil española.  En cuanto a la autoría de las citadas imágenes, todas eran de autor desconocido, excepto la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que era del Imaginero Martínez Montañés. 

Entre los últimos años del siglo XIX y primeros del siglo XX, la cofradía entró en una fase de decadencia, hasta el punto de desaparecer los testimonios documentales de la misma.

Después de la Guerra Civil un grupo de cofrades zalameños intentan reorganizar las diferentes hermandades existentes en nuestro pueblo, para ello fusionan las tres cofradías en una sola hermandad dando como resultado la actual Hermandad de Penitencia que hoy conocemos.

Se abriría un nuevo período para la hermandad, en el año 1961,  con fecha 15 de febrero fueron aprobadas nuevas Reglas y erigida canónicamente la nueva hermandad bajo el título de “Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Expiración, Santo Sepulcro, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista”.  A los pocos años se modifica el título de la hermandad, queriendo recuperar todos sus orígenes y adquiriendo el título de Real, quedando entonces tal y como hoy la conocemos: “Real Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Sangre, Santísimo Cristo Yacente, María Santísima de los Dolores, Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista”, aunque en nuestro pueblo se la conoce popularmente como “La Hermandad de Penitencia”. 

Es obligado hacer referencia al momento cumbre de Nuestra Semana Santa, y del que todo zalameño se siente orgulloso, nos referimos a la VIA SACRA.  Consiste en un Vía Crucis por las calles del pueblo, hasta llegar a la Ermita del Santo Sepulcro, donde se venera la imagen del Santísimo Cristo Yacente, depositada allí la tarde del Viernes Santo durante la Procesión.  Debido a la importancia de este acontecimiento, por ser único en el mundo, por no haberse visto alterado con el paso del tiempo, y porque es el único acontecimiento que en nuestro pueblo no se ha interrumpido nunca, hace que se convierta en una de las tradiciones más importantes dentro de nuestro pueblo. Más de 230 años de historia.  Siempre se ha celebrado a la misma hora 22:00h de la noche.  Y se mantiene inalterada desde su creación.

El Encuentro del paso de Cristo y paso de Palio en la tarde del Jueves Santo es algo también emotivo y singular. Así como la despedida que se produce entre los pasos de Nuestra Señora de la Soledad y El Santísimo Cristo Yacente al llegar a la Ermita del Santo Sepulcro que dan una singularidad y convierten a esta procesión , posiblemente como única en el mundo.

 

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